lunes, 11 de noviembre de 2013

MI NIÑEZ



Un comienzo no desaparece nunca, ni siquiera con un final


Dicen que todo llega, que todo cambia..y todo cambio es bueno.Todo cumple un ciclo , y apesar que la red social Facebook haya superado a blogger, a mis recuerdos, nadie superará, y después de casi cinco años de mi rincón querido , he decidido guardar, post anteriores y todas las anécdotas vividas , relatos y momentos, muy dentro mio,y este espacio desde hoy pasará a ser solo un catálogo de colección  de mis recuerdos...Agradezco a cada uno de ustedes, los que siguieron por años este rincón de mi niñez, comentaron, se rieron, se embroncaron, emocionaron y hasta me odiaron.
Gracias!!! Aprendí muchas cosas en este tiempo.



Cómo extraño mi niñez - Y jugar al escondite, No sabía de problemas Con mis amigos disfrutar De una muñeca ser mamá Y a ser grande jugar Quisiera regresar el tiempo Y ser niña otra vez.c




Un comienzo no desaparece nunca, ni siquiera con un final !!!


MIS PENSAMIENTOS
Cambiar, ver de forma diferente el mundo y mi propia vida. Me toca ser Feliz hoy, mañana y siempre. Sonríe un poco más y haz de ti persona mejor =)/ Aunque no puedas evitar un día triste escribe, mañana sera mejor que ayer!!!!!

En mi adolescencia comprendía muy poco el arte de manejar las emociones no "deseadas" excepto conquistándolas. A menudo identificaba la capacidad de negar y rechazar con la "fortaleza".
Recuerdo mis sentimientos de soledad, en ocasiones muy dolorosos, y de deseo de alguien con quien poder compartir ideas, intereses y sentimientos. A los dieciséis años acepté la idea de que la soledad era una debilidad y el deseo de intimidad con otra persona representaba un fracaso de la independencia.
Esta idea no la tenía siempre, sino parte del tiempo, y cuando me venía a la mente no tenía respuesta al dolor, excepto poner en tensión mi cuerpo contra ella, limitar mi respiración, hacerme reproches a mí mismo y buscar distracciones. Intentaba convencerme a mí mismo de que no me importaba. De hecho, me recluí en la alienación como algo virtuoso.
No daba muchas oportunidades a la gente. Me sentía diferente a todos y veía que esta diferencia era un abismo entre nosotros. Me decía a mí mismo que tenía mis ideas y mis libros, y que con eso era suficiente o debía serlo si confiaba lo suficiente en mí.
Si hubiese aceptado el carácter natural de mi deseo de contacto humano, habría buscado puentes de entendimiento entre los demás y yo.
Si me hubiese permitido sentir plenamente el dolor de mi aislamiento, sin reprochármelo, habría hecho amigos de ambos sexos; habría apreciado el interés y benevolencia que a menudo se me ofrecía.
Si me hubiese dado la libertad de atravesar las etapas normales del desarrollo adolescente y salir de la prisión de mi aislamiento, No habría sido tan vulnerable a la primera muchacha que parecía compartir verdaderamente mis intereses.
Sin duda existían "razones" que explicaban mis áreas de no aceptación de mí mismo, pero eso no importa ahora. Lo que sentía, era lo que sentía, tanto si lo aceptaba o no.
En algún lugar de mi mente, sabía que estaba condenando y rechazando una parte de mí mismo, la parte que deseaba compañía de otras personas. Estaba en una relación de rechazo a una parte de quien yo era. Por muchas otras áreas de confianza y felicidad que pude disfrutar, me estaba infligiendo una herida a mi autoestima.
Cuando más tarde aprendí a recuperar las partes de mí mismo negadas, aumentó mi autoestima.



  

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